------------------------

crea tu firma animada

martes, 1 de noviembre de 2011

Doctor Yaso-Payasos de hospital

Sonrisas que alivian el alma




Doctor Yaso, Payasos de Hospital es una Asociación Civil Sin Fines de Lucro, cuyo propósito es aliviar el sufrimiento de niñas, niños y adolescentes hospitalizados a nivel nacional, así como contribuir a la humanización hospitalaria y aportar al desarrollo social, a través de la risa, el humor y la fantasía, generada con actividades lúdicas basadas en la técnica Clown (Payaso),  siempre respetando el estado del niño, niña y adolescente, los deseos de la familia y el entorno hospitalario.

La visión de nuestra organización, es que exista un equipo de Doctor Yaso en cada uno de los hospitales de Venezuela, con departamento de pediatría y de esta forma lograr incidir en mejorar la calidad de vida de los niños, niñas y adolescentes hospitalizados.




Nosotros somos payasos, payasos de hospital. Vamos todas las semanas con nuestras narices rojas y nuestros disparates a varios hospitales en todo el país, porque creemos que una sonrisa es también una medicina. Con profundo respeto entramos a los cuartos donde están los niños, niños enfermos, niños heridos, niños esperando ser operados o ya intervenidos, niños acostados en sus camitas, con venas tomadas, conectados a sueros, niños asustados, adoloridos, aburridos. Niños en compañía de algún adulto, un adulto angustiado porque su niño está hospitalizado.

Nosotros compartimos con ellos un rato, un ratito nada más. Pero en ese instante el dolor y el miedo pierden protagonismo, el niño se distrae y a veces se olvida de por qué está ahí, su camita se convierte en barco pirata o en selva amazónica o en carpa de circo, sus ojitos dejan de llorar para perseguir al payaso en sus juegos o vuelan con las pompas de jabón o brillan viendo globos transformarse en perro, en conejo, en flor, en cohete. Su boquita sonríe o hasta se ríe o incluso canta. El adulto se relaja, un poquito, un momentito, al ver a su niño sonreído, y el niño se tranquiliza al ver a ese adulto que lo acompaña relajado. No siempre pasa, porque el dolor es grande y el miedo mayúsculo, pero cuando sí pasa, ese ratito es mágico y vale oro.


No hay comentarios:

Publicar un comentario